
Me levanté temprano (algo obvio), miré al cielo para saber si los dioses me sonreían en el calmo amanecer, pero no, la suerte tampoco me acompañaba esta mañana. Tupidas nubes emborronaban la salida del sol.
No hice la foto que tenía pensada, otro día será, pero en cambio me encontré con algo no completamente inesperado pero sí diferente.
© Ricard de la Casa – febrero 2010
Véala en grande en mi galería de FLICKR