
En las montañas de Andorra, con un poco de paciencia, de vez en cuando, se pueden avistar algunos familiares de los ciervos. Claro que hay que subir a las montañas y adentrarte en los bosques en silencio.
Este ejemplar macho vive en cautividad en Naturlandia y se nos acercó con curiosidad. En una primera visita estaba comiendo, con el resto de la manada y no nos hizo caso. Demasiado lejos, demasiado oscuro, y ofreciéndonos tan sólo su trasero. En una segunda visita, gracias a mi amigo Ramón que tuvo el acierto de hacernos regresar, estuvo lo suficientemente cerca como para captarlo en detalle y para sorpresa mía, estuvo acicalándose con tranquilidad y total desparpajo.
© Ricard de la Casa –diciembre 2014.
Puede verla en grande en mi galería de FLICKR