
Las oportunidades surgen de manera espontánea. Está allí, esperando. Esperando que encuentres un sitio donde aparcar sin que molestes, ni haya peligro.
Sacar la cámara, echar a correr en busca del mejor lugar y empezar a tirar fotos antes de que las luces se desvanezcan. Todo es cuestión de pocos minutos. A veces, tan sólo a veces, tienes suerte y la experiencia juega a tu favor.
Las ramas de los arboles dibujan los mismos contrastes de una hoja, de una gorgonia o abanico de mar. El cielo azul oscurecido y los tonos dorados de la puesta de sol ofrecían el contrapunto para convertir la imagen en algo casi mágico.
© Ricard de la Casa – marzo 2016
Puede ver la imagen en grande en mi galería de FLICKR