Estelas en la mar

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Este es un buen momento para releer a a MachadoMiguel Hernández y tantos otros.

© Ricard de la Casa – Imagen (diciembre 2019).

Puede verla en grande en mi galería de FLICKR y tambien en la de 500PX

Escuela de vela

Ahora es un lugar abandonado. Unas ruinas hermosas que insinúan secretos que ya nadie conoce. Vestigios de una época pasada llena de pasión (o eso me gustaría pensar). Allí se vivieron muchas historias. Muchas de ellas alegres, alguna triste y con seguridad muchos secretos de alcoba. Una escuela de vela da para muchos relatos. Esos maderos carcomidos por el sol, el agua y la sal son mudos testimonios de lo que allí ocurrió. El mar susurra aún aquellas conversaciones, refleja miradas intensas y brillantes. El viento acaricia cada suceso, aventura o anécdota. Apenas queda una nota de aroma en la bruma matinal que desaparece al alba. En silencio, si escuchas atentamente, aún puedes escuchar algunas risas.

Ahora se desliza suave por la pendiente de la destrucción. El pontón desaparecido es un camino ya intransitable.

No muy tarde, entre el cielo y el mar, no quedará nada.

© Ricard de la Casa – Imagen (diciembre 2019).

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Vestigios

Ahora es un lugar abandonado. Unas ruinas hermosas que insinúan secretos que ya nadie conoce. Vestigios de una época pasada llena de pasión (o eso me gustaría pensar). Allí se vivieron muchas historias. Muchas de ellas alegres, alguna triste y con seguridad muchos secretos de alcoba. Una escuela de vela da para muchos relatos. Esos maderos carcomidos por el sol, el agua y la sal son mudos testimonios de lo que allí ocurrió. El mar susurra aún aquellas conversaciones, refleja miradas intensas y brillantes. El viento acaricia cada suceso, aventura o anécdota. Apenas queda una nota de aroma en la bruma matinal que desaparece al alba. En silencio, si escuchas atentamente, aún puedes escuchar algunas risas.

Ahora se desliza suave por la pendiente de la destrucción. El pontón desaparecido es un camino ya intransitable.

No muy tarde, entre el cielo y el mar, no quedará nada.

© Ricard de la Casa – Imagen (diciembre 2019).

Puede verla en grande en mi galería de FLICKR y tambien en la de 500PX